sábado, diciembre 11, 2010

Cambio de regalo

Hace unos días me hicieron un regalo atrasado de cumpleaños. Era un bolsito de mano, buena onda. Me lo regalaron entre varias personas. "Qué lindos", pensé. Yo a algunos de ellos no les había regalado nada para sus cumples, en parte porque soy una colgada de mierda, en parte porque no tuve laburo y andaba sin un mango. Volviendo al regalo, al principio pensé que podía incorporarlo a mi estilo, porqué no. Pasaron los días y lo miraba de reojo. Hasta que asumí que no iba a usarlo casi nunca. Así que me fui a cambiarlo, de onda.
Encontré el local donde lo habían comprado y entré segura. Le expliqué a la única vendedora del lugar cuál era el motivo de mi presencia y amablemente me indicó que fuera mirando por qué otra cosa quería cambiar mi bolsito mientras ella averiguaba cuánto costaba, porque, según me dijo, no tenía idea. Hete aquí que, después de que estuve media hora mirando (y nada me convencía mucho) me dice: "perdón, pero me dicen que solamente lo podés cambiar por otro bolsito similar o un accesorio" (!) Empiezo entonces a resignarme a llevar esa remera medio rockera que me gustó y me dirijo al sector "bolsitos y accesorios". Mientras me avisa que el regalo costó XX pesos, observo que TODOS los "bolsitos" cuestan más de XX, es más, el doble de XX. Mi panorama comienza a ser desolador. La chica, muy simpática, me dice que mire los "colgantitos" y las "pulseritas". Yo le indico amablemente que no estoy interesada en accesorios. "Ah", me dice, "puede ser un perfumito también". Puaj, vómito de diminutivos.
Finalmente encuentro un bolso que cuesta XX + XX5 y me decido, de mala gana, a llevarlo. Era el que más se adecuaba a mi estilo (si es que tengo uno). "¿Puedo pagarte la diferencia con tarjeta?" le digo. "Sí, claro". Pasa mi tarjeta: saldo insuficiente. "¡Mierda, carajo! me olvidé de pagar la tarjeta (el mínimo, obvio)". "A ver, pasá esta que no falla, es la de mi viejo". En fin. Pasa. Firmo. Sonrío y me voy.
Mientras vuelvo a casa me doy cuenta que acabo de gastar más del doble de lo que tenia pensado; que le usé la tarjeta a mi viejo sin permiso y eso es bardo asegurado; que gasté bastante guita en un bolso cuando tengo 20 pe en mi billetera, pero que tuve que comprarlo porque otra no me quedaba!
Detesto la tiranía del cambio de regalo.

un vuelto

- "Serían... unos 102.50 pesos, con el descuento del Hospital Italiano."
- "¡¿Qué?! ah bueno... entonces esta cremita la dejo y paso a buscarla otro día."

¡102.50 pesos en cremas para la cara y el pie! ¿qué está pasando? una locura. Resulta que siento que mi cara está cada vez más seca que la provincia de Córdoba, así que me agendé una cita con una dermatóloga muy simpática ella, pero que me recontra archi vacunó con las dos cremitas que me recetó, una para mantener mi bello rostro joven y lozano y otra para que mis "piecitos que están muy dañados" (sic) se recuperen un poco. Ok, entran dentro del descuento del plan de salud pero... ¿102.50??? Nahhhhhhhhh. 

fuc°°!# credit card (viene de quejas)

Visa es la tarjeta que aceptan en todo el mundo, en todo lugar. Al menos eso creía yo. Hace unos meses fuimos a cenar a una conocida parrilla de Almagro con unas amigas y no aceptaban Visa. Lo cual llevó a que se acreciente mi deuda con mi círculo social, ya que no tenía un billete encima, pa' variar, cero cash.

Según la Wikiamiga, "la ontología se ocupa de la definición del ser y de establecer las categorías fundamentales o modos generales de ser de las cosas a partir del estudio de sus propiedades, estructuras y sistemas"... me pregunto ¿y si estudio las propiedades de mi tarjeta de crédito... llegaré a definir mi ser? el modo de ser de las cosas, mis cosas, es a través de la tarjeta. I fucking hate myself. Y odio la tarjeta de crédito.

Let them be!

Como toda noctámbula que se precie de tal, por las madrugadas ejercito el zapping: me quedo atónita ante el desfile de canales vacíos de contenido y saturados de publicidades incoherentes y básicamente idiotas. Como la publicidad de la venta de DVD's de "DON SULLIVAN" o "Entrenamiento del perro perfecto". Una abominación que parece haber salido de una pesadilla de un rancho texano.

La oferta incluye los DVD y de yapa unas correas de plástico que se nota que se van a romper en cuanto intentes doblarlas. Pero son de esas de "ajuste universal", algo así, como que le queda a todos los perros del mundo. Claro.
El motivo de mi queja no es que vendan el producto, todo bien, a alguien le gustará tener a ese bufón adoctrinando a su cachorro. El problema no es lo que propone como metodología de enseñanza, que nunca queda claro, sino lo que promete lograr a través de ella; después de una hora de visionado del mágico entrenamiento, tu perro va a aprender a traer (?), jugar (?), lo vas a poder controlar sin correa (y acá no se entiende para qué te regalan las correas, entonces!)en parques, nadar, socializar (con otra banda amiga de canes)y, lo más importante y promisorio del caso, te va a solucionar todo problema de comportamiento del canino. ¿Cómo? ¡Sí! por ejemplo, hablamos de: "salir corriendo, perseguir carros o bicicletas, mordisquear y perseguir gente, morder manos, masticar, morder la correa, cuando se ponen locos en el carro, escarbar, celos, husmear en la basura, brincar, lamer, ansiedad por separación, etc." (SIC)... Digo yo, esta gente que vende el DVD ¿no sabe que los perros son animales? ¡quieren que los perros dejen de hacer todo lo que los constituye como perros! Para eso mejor comprarse un robot japonés de un perrito que salta, ladra y seguro te trae el diario, todo con control remoto para bajarle el volúmen o apagarlo cuando no te lo bancás más. Pero, vamos, compremos el video de Don, así le enseñamos a nuestros cachorros cómo retener esfínteres y no dejar "regalitos" por todos lados. Por favor.

viernes, diciembre 03, 2010

miércoles, agosto 25, 2010

Murió Fogwill

(Extraído de una cadena de mails de la Facultad de Ciencias Sociales -UBA- que circuló el lunes 23 de Agosto de 2010. Vale la pena reproducirlo!)

Murió Fogwill. A los 69. La cifra le calza bien. Tenía los pulmones destrozados. Estudió la carrera más interesante de la década del 60: sociología. Entonces valía la pena estudiar en la universidad, porque no había "carreras" sino volcanes en ebullición. Escribió novelas, poemas, cuentos y ensayos. Estaba loco. Muy loco. Loco de verdad. Fundó empresas de investigación de mercado: ninguna duró más de seis meses. Fue publicista: creó la frase "el sabor del encuentro". Decía que era una frase para infradotados mentales, pero le dio mucha plata. Trataba a sus clientes con indisimulado desprecio. Protagonizó algunas pequeñas estafas. Como un personaje arltiano, soñó con dar un golpe maestro, definitivo, pero nunca logró hacerlo: quería salvarse y dedicarse a escribir. Fue editor de libros de poesía. Sabía leer: admiraba a los hermanos Lamborghini. Daba clases que daban miedo. En el 66, con la llegada de Onganía, fue cesanteado de la universidad, como cientos de profesores. El telegrama que recibió hacía alusión a sus simpatías "comunistas". Enfurecido, Fogwill respondió a los interventores militares con otro telegrama que decía: "¡Exijo que se corrija el edicto, no soy comunista, soy trotskista!". Además de burlarse llamando "edicto" a un telegrama de despido, llevaba los entuertos de una interna ininteligible a las puertas de los hombres de los bastones largos. Nadie le contestó. Construyó artefactos explosivos. Vivía silbando melodías. Cuando hablaba, se interrumpía a sí mismo tarareando algún tango. Lo cautivaba la forma de cantar de Liliana Herrero. Armó botiquines de campaña para una guerrilla rural. Practicó el arte de la diatriba, la injuria y el vituperio con la destreza de un esgrimista consumado. Lo atraían los fierros en todas sus acepciones: armas, autos y pesas. Le gustaban las mujeres de menos de 30 y los Torinos. Odiaba profundamente a la academia: solía llamar "cotolengo" a la carrera de Letras. Tenía una prosa inimitable y una agudeza lacerante. En estos últimos años se había obsesionado con una chica que escribía en un blog una serie titulada "Las chicas de Puán se masturban así". No sé si llegó a saberlo, pero la chica no era una chica sino un chico que firmaba con nombre de mujer. Fogwill le escribía a su casilla y éste le contestaba, pero nunca se encontraron. Leí por primera vez una novela suya a los 15 años. El libro estaba en mi casa. Se llamaba -se llama- Los Pichiciegos. Lo escribió en 7 días. La primera versión fue la última. La escritura le insumió 200 páginas y 21 gramos de cocaína. Trataba -trata- sobre la guerra de Malvinas. Publicó la novela antes de que el ejército argentino se rindiera. "Si te animás a exponerte a que te escupan en la cara, te paso el teléfono para que le hagas una entrevista", me dijo Christian Ferrer cuando yo tenía 24 años. Me pareció que exageraba. Lo entrevisté. Grabé la conversación en dos microcasettes tdk. Hablamos unas cuatro horas y después me llevó en su auto -creo que era un Taunus- a charlar con travestis. Le dije que se dejara de joder. Me dijo que como sociólogo yo era un pelotudo. No me escupió. Pero esa noche no pegué un ojo. Va esta pequeña reseña a modo de homenaje.

JFM

jueves, julio 15, 2010

Argentina legalised same-sex marriage

guardian.co.uk, Thursday 15 July 2010 19.05
Argentina legalised same-sex marriage today, becoming the first country in Latin America to declare that gay and lesbian couples are entitled to all the legal rights, responsibilities and protections that marriage brings to heterosexuals.
Following a marathon debate that ended after 4am, 33 senators voted in favour, 27 against and three abstained. Since Argentina's lower house has already approved the bill and President Cristina Fernández is a strong supporter, it will become law as soon as it is published in the official bulletin, which should happen within days.
The law is expected to bring a wave of marriages in the gay-friendly capital, Buenos Aires, though only citizens and residents can wed in the country.
A campaign against the bill by the Roman Catholic church and evangelical groups had drawn 60,000 people to march on congress, with parents in churches and schools urged to fight the plans.
Cardinal Jorge Mario Bergoglio led the campaign, saying "children need to have the right to be raised and educated by a father and a mother".
Nine gay couples had married in Argentina after convincing judges that the constitutional mandate of equality supported their rights, although the validity of the ceremonies was challenged by other judges. Congressional passage now removes that doubt.
As the debate stretched on, large crowds kept rival vigils outside the congress building. When the vote came, there were cheers and hugs among supporters, with police keeping them apartfrom opponents who prayed and held rosaries.
"Marriage between a man and a woman has existed for centuries, and is essential for the perpetuation of the species," said Senator Juan Pérez Alsina, who is a usually loyal supporter of the president but who delivered a passionate speech against gay marriage.
But Senator Norma Morandini compared the discrimination gay people faced to the oppression under Argentina's dictators. "What defines us is our humanity, and what runs against humanity is intolerance," she said.
Gay rights advocates said Argentina's step adds momentum to similar efforts around the world. "Today's historic vote shows how far Catholic Argentina has come, from dictatorship to true democratic values, and how far the freedom to marry movement has come, as 12 countries on four continents now embrace marriage equality," said Evan Wolfson, of the US Freedom to Marry lobby.
Gay activists in neighbouring Chile hope Argentina's milestone will improve chances for a gay marriage law now in committee in their own congress.
"Argentina's political class has provided a lesson to the rest of Latin America," said Rolando Jimenez in Santiago. "We hope our own countries and political parties will learn that the human rights of sexual minorities are undeniable."
Activists in Paraguay plan to propose a similar law to the senate in October, said Martin Viveros of the group Somosgay. And in Uruguay, gay people unsatisfied with the partial rights that come through civil unions are preparing legislation that would replace references to "man and woman" with "spouse" throughout the civil code.

sábado, junio 19, 2010

Miss you, puto lindo!

El jueves 18 de Junio se cumplió un año de la muerte de Fernando Peña. Algunos programas de radio y varios diarios se hicieron eco del aniversario de su fallecimiento, pero mucho había para hablar luego del triunfo deportivo del día de la selección argentina. Anyway, estuve escuchando la Metro -medio camuflada en el trabajo- sólo para escuchar los gloriosos separadores que programaron y sonaron todo el día. Una vez más pude disfrutar de La Mega, Palito, Martín R. Lynch, Sabino, Milagritos, Dick y tantos otros personajes hilarantes que me acompañaron a diario durante tanto tiempo. Escuché el programa de Wainraich, donde le hicieron un lindo homenaje, como los amigos lo saben (y pueden) hacer.
Él siempre lo supo, pero yo lo repito: "si me ven por la calle, díganme puto lindo! porque la vergüenza no es ser puto. La vergüenza es..."

La foto que Clarín no quiere mostrar

jueves, mayo 27, 2010

El último secreto de sus ojos

Jueves, 27 de mayo de 2010

TELEVISION › LO QUE QUEDO DEL CAPITULO FINAL DE LOST

El último secreto de sus ojos

Tras una maratónica velada que arrancó el martes a las 20 por AXN, con un repaso de la vida de los protagonistas y los misterios del programa, los fans argentinos se enfrentaron al final de la criatura de J. J. Abrams. Hubo emoción, pero quedaron enigmas sin resolver.

Por Facundo Gari

El dramatismo de los violines hace de un vertiginoso tobogán de emociones. Allí va Jack, ese héroe inquebrantable, que no es más que un tipo ordinario empecinado en arreglarlo todo, ese que hace seis años corrió entre fuselajes destrozados para ayudar a los 48 sobrevivientes del accidente del vuelo 815 de Oceanic Airlines en una isla del Pacífico sur; va a reposar en el mismo sitio en el que Lost comenzó, el del primerísimo plano de su ojo derecho. Pero esta vez no son otros los que están rotos, sino él. Acaso para que aprenda que no era cierta su prédica, “live togheter, die alone”, Vincent, el perro de Walt, vuelve a descubrirlo, como en el primer episodio, entre bambúes. Y Jack sonríe, parece recuperado. Porque los ve, porque las puntas se unen y ahí están Hurley, Locke, Sayid, Claire, Charlie, Kate, Sawyer, Rose y Cía., en otro lugar sin lugar y tiempo sin tiempo. Ese Jack, sentado en un banco de iglesia, también sonríe. De la misma forma que, minutos antes, lo hace Juliet cuando descubre a James en el hospital y, finalmente, se comprende el balbuceo de ella en el primer capítulo de la sexta temporada. Es que Lost es (fue y será) binario y cíclico: el bien y el mal, la verdad y la mentira, la vida y la muerte, el pasado y el futuro, una procesión de un lado a otro de estos presuntos opuestos. Y también lo es (fue y será) hacia afuera, como lo evidencian Fringe (también producida por el gurú J.J. Abrams) y Flashforward: por estatuto y fundamento, hay (hubo y habrá) un Antes y un Después. Francis Fukuyama no tiene razón.

Es un cuchillazo en las tripas propinado por el Falso Locke o Flo- cke (curiosamente, Flocke es el nombre de una ¡osa polar! nacida en cautiverio en el Zoológico de Nuremberg, Alemania, con perdón por la apofenia) el que termina con la vida del cirujano, previa muerte del hermano de Jacob por un escopetazo de Kate. Y habrá sido la sensación que atravesó al séquito de peregrinos frente a la pantalla (sólo en Estados Unidos, fueron más de 13 millones): “The end” es el nombre del último episodio de la serie más controversial de los últimos tiempos, 104 minutos orgásmicos que en el Norte se estrenaron el domingo pasado, por la cadena ABC, y en Argentina el martes por la noche en una maratónica velada que arrancó a las 20 por AXN, con un repaso de la vida de los protagonistas y los misterios del programa. Habrá que incluir, en las cifras de rating nacional e internacional, a los miles de fanáticos que descargaron el capítulo desde Internet, tal vez la misma noche del estreno, para ver entre lágrimas –pero sin sollozos que despertaran al concubino desafectado por la pandemia– las imágenes amarillentas que recuperaban lo perdido en el no-lugar/no-tiempo (entre tantas, la de Terry O’Quinn con una naranja cual protector bucal se lleva los laureles en el emotivómetro).

Y sí, finalmente estaban muertos, como había deslizado Richard Alpert en “Ab Aeterno”. Pero lo estaban sólo en ese preludio al ¿Paraíso?, primereado como “realidad alternativa” (por el recurso denominado flashesideway). Ni consecuencia del accidente inicial ni del estallido de la bomba de hidrógeno en “The incident”, donde sólo muere Juliet. Los decesos de los demás “losties” no están necesariamente vinculados con sus destinos en la isla: de entre los “candidatos”, Hurley ocupa el lugar de Jacob, que fue de Jack por menos de un día; Claire, Miles, Kate, Lapidus, Sawyer y Alpert escapan en el avión de Ajira Airways; y váyase a saber lo que le ocurre a Desmond, responsable de vulnerizar a Flocke, volverlo mortal y evitar así la transformación de éste en el temido Humo Negro.

Muchos enigmas quedan sin resolver, pues los productores y guionista Damon Lindelof y Carlton Cuse pusieron el eje en los personajes, en el camino de redención de los “losties”, antes que en resolver la incidencia del efecto Casimir y los conejos numerados, la estatua con cuatro dedos, los viajes en el tiempo o la secuencia numérica 4, 8, 15, 16, 23, 42 (que sin embargo fue explicada en “The Lost Experience” como una “fórmula matemática diseñada para predecir el fin de la humanidad”, según Lostpedia). “Hay algunas preguntas que son muy agradables e interesantes de hacer, y hay otras que no tenemos interés en responder. Lo llamamos el ‘debate midicloriano’, porque en cierto sentido, explicar algo místico lo desmitifica”, había alegado Lindelof. Y da en el clavo: en buena parte, el éxito del programa estuvo en su fuerza mítica, intra y extra diegética.

Lost se acabó. Y es inacabable e inabarcable. Porque además de una nueva forma de consumo y de marketing viral, una estructura narrativa envidiable, un puñado de personajes entrañables y 121 episodios coleccionables, la criatura de Abrams es una síntesis perfecta entre realidad y ficción. Con tanta historia, ley, profecía, lírica y sabiduría encima, ¿cómo no pasar cuadro a cuadro Cloverfield o esperar con ansias el estreno de Super 8, dirigida por Abrams y producida por Steven Spielberg, o ver con detenimiento los Misterios del Universo? ¿Cómo evitar creer en la existencia de un Jacob elector, mientras Fito Páez entonaba ese enorme Himno Nacional, entre los miles de asistentes a la 9 de Julio? ¿Cómo no revisar los números del boleto del colectivo o el código de barras de cada producto en casa? ¿Cómo no buscar conspiraciones y organizaciones secretas en las páginas de los diarios sensacionalistas en busca del logo de Dharma? ¿Cómo no pensar que en algún lugar del mundo está Desmond apretando, una y otra vez, un botón para salvar el mundo?

Ya el “pastor cristiano” abre las puertas de la iglesia y la luz entra y lo inunda todo. Ya el ojo derecho de Jack relampaguea y se cierra. Será cuestión de recordar. Y dejar ir.

jueves, marzo 04, 2010

Alicia en el País de las Maravillas


Título original: “Alice in Wonderland”
Estados Unidos
Dir: Tim Burton
Walt Disney Pictures
108 min.
Aventura/Fantasía
           
A poco de cumplir 20 años, Alicia (Mia Wasikowska) se encuentra en un momento crucial: debe decidir quién es y qué quiere para su vida. En medio de esta montaña rusa de emociones, la curiosa joven sigue nuevamente al Conejo Blanco a través de la madriguera y emprende el retorno al País de las Maravillas, un mundo de fantasía donde encontrará las respuestas a estos interrogantes.
Una vez más se reúne con los excéntricos personajes que había conocido cuando niña, como el Sombrerero Loco (Johnny Depp), los mellizos Tweedledum y Tweedledee, la oruga que fuma y el Gato de Chesire. En una realidad bastante diferente a la que había conocido diez años antes -más oscura y con dragones y espadas incluidos-, la soñadora Alicia es guiada por sus amigos en el tránsito hacia la madurez. Juntos, y siguiendo imposibles reglas lógicas, intentan ponerle fin al reino de terror impuesto por la Reina Roja (Helena Bonham Carter) y restablecer el poder a la Reina Blanca (Anne Hathaway), compartiendo una experiencia sin igual.
El director Tim Burton (“Charlie y la fábrica de chocolate”, “El extraño mundo de Jack”), fiel a su propuesta estética, derrocha imaginación en esta recreación de los geniales libros escritos por Lewis Carroll, “Alicia en el país de las maravillas” y “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, en un despliegue visual impresionante. Una superproducción en 3D que desborda creatividad, entretenimiento y mucha fantasía.

martes, febrero 23, 2010

Biblioteca Billiken


No recuerdo qué estaba haciendo anoche exactamente; sólo sé que en un momento mis ojos lo descubrieron, tímido, asomando su desgastado lomo, casi como si no quisiera ser visto. De repente sentí una inexplicable atracción y lo agarré. Se notaba que era una edición vieja; estaba unido con cinta scotch y la tapa estaba gastada, aunque no tanto como para no poder leer su título: “La Isla Misteriosa”, de Julio Verne. Ahí nomás sentí que todas mis lecturas de infancia se hacían presentes en mi cuarto, y me rodeaban de aventuras, romances, magia. Recordé la fascinación que me causaban esas historias cuando daba mis primeros pasos en el mundo de la literatura: mis comienzos se vieron acompañados, como el de tantos otros lectores, por la ficción de Emilio Salgari, Stevenson y, por supuesto, Verne. 


Tomé el libro y comencé a hojearlo. Hace poco tiempo que lo tenía en mi biblioteca; llegó como herencia de mi abuela y ni siquiera recordaba haberlo visto. El olor a humedad era abrumador, lo cual me entusiasmó más. Las páginas amarillentas me invitaban a devorarlas con la vista. Pensé que era muy afortunado ese encuentro, ya que hace rato quería disfrutar de una lectura amena y entretenida, como seguramente sería este libro. De pequeña había recorrido “20 mil leguas de viaje submarino” junto al Capitán Nemo, y me había aventurado en sitios remotos junto a “Los hijos del Capitán Grant. ¡Pero nunca había terminado la trilogía! Y ahí lo tenía: el tercer libro, el cierre de ese viaje cargado de aventuras. Llegó unos cuántos años más tarde, unos 20 más o menos, pero llegó al fin.
Dejé lo que fuera que estaba haciendo y me dediqué a sumergirme en la presentación de los personajes, en el devenir secreto del relato, en la maravilla de la ficción. Dediqué algunas horas de la noche y un rato más en la mañana para terminar de deleitarme. Algo muy agradable me pasó: volví a sentirme feliz y ansiosa como cuando era chica y leía estas novelas. Reviví aquellas tardes calurosas en Corrientes, mientras todos dormían la siesta "obligatoria" y yo me escapaba hasta el living, donde me sentaba en la mecedora, abría un libro y me transportaba a otro mundo. O cuando ya era muy tarde a la noche y los ojos no resistían unas líneas más, pero era tanta la curiosidad por saber qué le ocurriría a los protagonistas o cómo sería el desenlace de ese capítulo que continuaba leyendo, aunque fuera a escondidas de mi mamá que me pedía una y mil veces que apagara la luz y me durmiera de una vez. 
Estas cosas pasan por algo, creo. Este libro me llamó y celebro el reencuentro.

lunes, febrero 22, 2010

al mismo tiempo

... Y fue ahí que ¡bum! se apareció en mi mente la historia de la vieja de las vías del tren de Caballito, una noche de noviembre, trasnochados, borrachísimos los dos, caminando por Avenida Rivadavia hasta que llegamos a la vía; no sé cuál estación era pero nos sentamos a seguir “charlando de la vida” como siempre... y, un rato después, como de ningún lugar, y como de todos los lugares al mismo tiempo, apareció aquel delirio de personaje, María se llamaba, cuidando a sus perros y gatos, todos tan vagabundos como ella misma. Y ahí nomás nos acercamos y nos pusimos de grandes charlas y mates, etc... nos mostró su guarida, que era el refugio más extraño del mundo. Mientras tanto, el alba ya despuntaba y el diablo, según nuestra anfitriona, se hacía presente a diario a esa hora, atormentándola, con lo cual decidimos retornar a nuestro mundo “real” para llevarnos por siempre ese sabor bizarro que nos dejó esa experiencia. En fin, verás que me acordé de ese episodio de nuestras alguna vez adolescentes, emocionantes y desbordadas vidas. Quizá acudan más momentos buenos a mi memoria, por ahí solo es cuestión de tiempo, buena predisposición, una pizca de melancolía y ansias por recuperar esa dicha que llenaban nuestros mundos y sus días. Y las noches.

miércoles, febrero 17, 2010

Menos mal!

BBC NEWS - Thursday, 5 November 2009

Feeling grumpy 'is good for you'

Victor Meldrew sitcom character
An attack of the grumps can make you communicate better, it is suggested
In a bad mood? Don't worry - according to research, it's good for you.
An Australian psychology expert who has been studying emotions has found being grumpy makes us think more clearly.
In contrast to those annoying happy types, miserable people are better at decision-making and less gullible, his experiments showed.
While cheerfulness fosters creativity, gloominess breeds attentiveness and careful thinking, Professor Joe Forgas told Australian Science Magazine.
'Eeyore days'
The University of New South Wales researcher says a grumpy person can cope with more demanding situations than a happy one because of the way the brain "promotes information processing strategies".
Negative moods trigger more attentive, careful thinking, paying greater attention to the external world
Professor Joe Forgas
He asked volunteers to watch different films and dwell on positive or negative events in their life, designed to put them in either a good or bad mood.
Next he asked them to take part in a series of tasks, including judging the truth of urban myths and providing eyewitness accounts of events.
Those in a bad mood outperformed those who were jolly - they made fewer mistakes and were better communicators.
Professor Forgas said: "Whereas positive mood seems to promote creativity, flexibility, co-operation and reliance on mental shortcuts, negative moods trigger more attentive, careful thinking, paying greater attention to the external world."
The study also found that sad people were better at stating their case through written arguments, which Forgas said showed that a "mildly negative mood may actually promote a more concrete, accommodative and ultimately more successful communication style".
His earlier work shows the weather has a similar impact on us - wet, dreary days sharpened memory, while bright sunny spells make people forgetful.

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Halleluiah! I intend to show this to everyone who's ever branded me with various epithets for being "negative".
Marcy Sheiner, USA
Being grumpy raises my blood pressure and I usually make wrong decisions when I am grumpy. I usually sleep on it, relax and then make a decision which is usually the correct decision. I don't like grumpy people and I usually avoid them.
Iftikharuddin Faruqui, Pakistan
Absolutely right. There is certainly no point that I can see in viewing the world through rose-coloured spectacles. Anybody who wanders through life in a continuous state of bonhomie either has no idea what's going on around them or simply doesn't care! All my close friends are similar in temperament. We would inevitably consider those who do not fit the criteria to be shallow and lacking in perception. And yes, I am still at peace within myself for all the reasons stated in the article.
Dave Gordon, Exeter, UK
I am generally a very grumpy person, but I have definitely noticed my decision making and general awareness is far higher than that of my friends who are normally much happier, jollier and generally carefree. I love being grumpy, it's clearly an advantage!
David James Keeves, Loughborough, UK
Ah! This study provides a plausible explanation of Schopenhauer's philosophical clarity and superb prose. And yet, paradoxically, the Great Grump has had a more profound influence beyond philosophy, in the realm of all those cheerful, creative artists.
Cheryl F, South Kingstown, Rhode Island, USA
I find I am happier when I am just a little grumpy. The grumpy feeling seems to aid me in concentrating on menial tasks. Maybe in this stressful modern era a touch of grumpy is all that's needed rather than anti-depressants and other drugs.
Derek Penn, Falmouth, Cornwall, UK
As a self-confessed misery, I work on the premise that "misery is the thinking man's happiness". With misery comes a distinctive humour and a more realistic outlook on life, that actually makes me a more rounded and "real" person than those around me with a painted smile on their faces. I enjoy being grumpy and wouldn't have it any other way.
Dave Woods, Coventry, UK
Could it not also be argued or proven, possibly, that making decisions while grumpy can lead one to make rash decisions? Or is that only when you're angry - since angry and grumpy are not the same thing?
Parker, Louisiana, USA
I'm often identified by friends as someone who can be pessimistic, sometimes without any real reason. I also tick the box of sceptic - which I guess goes under the category of being less gullible. I won't say any more about my intelligence for fear of immodesty!
Chris Baker, Southampton, UK
I work with the grumpiest man in the world and he doesn't seem to be any more clever than me!
Gary, Watford, UK
Being grumpy or depressed goes hand in hand with thinking. When you're continually happy you can just skim along on the surface of life and not examine anything too deeply. Which is cause and which is effect, I don't know.
Amanda, Ely, UK

miércoles, febrero 10, 2010